Comenzamos a reunirnos en 1993, unidos por un anhelo de integrar el ejercicio de nuestra profesión con valores ético-espirituales. Inicialmente éramos cuatro profesionales: un psiquiatra, dos psicólogas y una psicopedagoga; actualmente somos un amplio equipo.
Al revisar numerosas teorías y concepciones antropológicas, y al comprometernos en la tarea clínica y en la promoción de la salud psicológica e institucional, descubrimos que nos caracteriza la voluntad de
* asumir nuestra profesión como servicio;
* ofrecer a las personas mejorar o sanar sus dolencias, ser atendidas en su integralidad, con la perspectiva de su trascendencia inherente según sus propias creencias;
* sostener una experiencia de compartir comunitario en el ámbito del trabajo y en el intercambio de ideas, considerando la estima por el otro fundamento de la Alianza.