El trabajo del terapeuta en época de pandemia – Lic. María Patricia Sánchez

Este año sin duda ha sido y es un año particular. En el contexto de lo que trajo el Covid 19, todo el mundo sufrió modificaciones en lo cotidiano, las actividades laborales, comerciales, expectativas personales, familiares y deseos.

Por primera vez simultáneamente en todo el mundo las personas hemos sido afectadas por las mismas circunstancias a causa de la pandemia. Hay una imagen del dibujante Tute que lo sintetiza cuando el personaje dice “Por primera vez un problema mío es de todo el mundo” (1).

Es absolutamente real, mas allá de que las condiciones de cada país, y cada sector de la sociedad difieran para poder enfrentar las consecuencias.

En el ámbito laboral la incertidumbre predominó en la primera etapa, y mucha gente comenzó a realizar su trabajo desde la casa, la modalidad “home office”. Para muchos supuso ampliar sus conocimientos tecnológicos para estar “conectados”.

Por primera vez tanto pacientes como psicólogas y psicólogos, atravesando lo mismo: aislamiento; incertidumbre frente a lo desconocido, sin saber cuánto duraría el aislamiento; también temores por los seres queridos, por lo laboral, los ingresos, la economía familiar, etc.

Sufrimos, desde el sector de la salud, al principio la incógnita sobre nuestros ingresos, ya que algunas obras sociales tardaron en reconocer prestaciones, a pesar del decreto del Poder Ejecutivo sobre la Emergencia Nacional, y las disposiciones del Ministerio de Salud de la Nación, que reconocían el trabajo on line (Teleonsultas). (2)

Ante la imposibilidad de las sesiones presenciales, en lo que se refiere al dispositivo psicológico, hubo que modificar las formas de atender. Se hizo necesario procurar tanto el profesional como los pacientes, un espacio que no estaba preparado de antemano. En este sentido implico compaginar horarios con el resto de las familias (del terapeuta y los pacientes), uso de internet y dispositivos (pc, notebook, celular) y las diferentes aplicaciones de reuniones virtuales.

En los pacientes, las necesidades de organizar espacio y horarios en sus casas para tener las sesiones, muchas veces requirió de ciertas sugerencias a fin de que pudieran sentirse cómodos y con la privacidad necesaria para poder expresarse.

Dentro de las posibilidades se trató de sostener el horario, no sólo como parte del encuadre, sino tambien como expectativa de volver en algún momento a lo presencial.

“…la escucha de las preocupaciones y de las necesidades, pero por supuesto también de los deseos, de las metas y de los sueños. …Quizás les muestre que habrá un mañana y una vida después del coronavirus.” (3)

Como profesionales, crecimos tambien en creatividad y flexibilidad.

Para quienes trabajamos cara a cara, no fueron modificaciones tan drásticas, pero para quienes utilizan la modalidad de diván, tuvieron que agudizar las formas con el fin de recrear el espacio terapéutico de algún modo. Por ejemplo: que el paciente se recueste en su casa y ambos paciente y profesional que utilicen sus celulares en la video llamada direccionados de modo de no enfocar directamente las caras durante la sesión, tratando de replicar las condiciones que acompañan al uso de diván.

Por otro lado, nos sucedió lo mismo que a todo el mundo: este “continuo” del tiempo y el espacio de trabajo sin cortes:  en un momento trabajando desde la computadora e inmediatamente conectándonos con lo cotidiano del hogar y la familia. Sin dudas un tema para tener en cuenta en cuanto a las condiciones de esta la modalidad del teletrabajo.

Tambien se contemplaron aquellas situaciones económicas y laborales que se vieron afectadas por la pandemia.

Si bien muchos profesionales tuvimos la experiencia de atender a distancia, -en mi caso atendí pacientes de la comunidad latina de los Estados Unidos hace algunos años por Skype-, esto no se compara ya que ahora las posibilidades fueron excluyentes y la única modalidad fue on line. Sabíamos que era posible, pero el contexto de pandemia transformó toda experiencia anterior que alguien pudiera haber tenido.

La pandemia puso al mundo frente a dos grandes temas: el temor a la muerte (propia, la de seres queridos) y al futuro incierto.

En los adultos mayores se plantearon desafíos contradictorios; aparecieron sentimientos de soledad junto a la necesidad de organizarse con la procura de lo esencial. El tener que pedir ayuda implicó una baja en su autonomía, pero también tuvieron exigencias de aumentarla al acostumbrarse al uso de los recursos tecnológicos (aplicaciones como zoom, jit si meet, google meet, o video llamada) para evitar el aislamiento familiar, laboral y social.

En los jóvenes lo relevante fue la ruptura de lo social: salidas, reuniones, deportes etc. En general, aparecieron significativamente síntomas vinculados a trastornos de ansiedad y miedos. Fue importante mantener comunicación con los distintos profesionales de la salud, ya que la mirada interdisciplinaria es fundamental en la concepción de unidad del paciente.

Hasta aquí las consideraciones podemos enmarcarlas en una primera etapa de la cuarentena.

En la segunda etapa del año, y luego de pasar de una medida de aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO), a una etapa de distanciamiento social en la cual se fueron ampliando paulatinamente permisos para algunas actividades comerciales, actividades profesionales, sociales, deportivas individuales, etc.; se aconsejan mantener, por ejemplo: respetar los horarios de sueño; hacerse de rutinas nuevas; realizar alguna actividad física; no escuchar permanentemente las noticias; aportar a un buen clima de convivencia; no sobrecargarse con actividades en exceso.

En lo referente a los protocolos: en el retorno a las actividades evitar las reuniones de mucha gente; recordar la distancia social no olvidar las precauciones; el regreso al trabajo presencial será un nuevo desafío al que habrá que ir acostumbrándose. Ayuda tener todo dispuesto como para lograr las medidas al llegar a nuestro lugar de trabajo y en casa tambien, para ganar seguridad en base a los cuidados.

A partir de fines del mes de julio se emite el protocolo que rige las actividades de psicólogos y otros profesionales en CABA. (4)

Lo importante es destacar que exista la posibilidad de seguir con la teleasistencia/teleconsultas, como forma de reducir riesgos, cuando la situación del paciente lo requiera. “Decidir muy cuidadosamente a quien atender en presencial, evitando exponer a quienes tienen mayor riesgo en caso de contagio, que no son sólo los adultos mayores sino una serie más de comorbilidades que incluye algunos niños” (5)

En síntesis, tuvimos que pensar a partir de lo contingente en la necesidad de reformular las modalidades de atención, quedó manifiesto que el encuadre del proceso terapéutico no queda estático ni fijo en el habitual consultorio físico.

De algun modo se hace necesario que se lleve a cabo una abstracción, un pasaje que es posible en tanto que se garantice que lo principal se mantenga. Se propicia una salida a partir del dolor, la ausencia y la perdida, en donde lo que permanece es el sujeto, el deseo, la singularidad y el trabajo analítico.

La labor terapéutica que se apoya en la evolución de la vivencia desorganizante a lo organizador, de lo problemático que produce lo continuo a lo discontinuo de la palabra: la voz del paciente.

En referencia a la voz del paciente, en algunos casos hemos sugerido la escritura en primera persona de pequeñas historias de este tiempo, como un buen ejercicio de la posibilidad del registro.

Desde la mirada profesional, tambien poder pensar procesos inherentes a la terapia (transferenciales, y contra transferenciales) será un desafío más en nuestra tarea.

Redescubrir la novedad, vislumbrar horizontes posibles y una forma ir del atravesamiento de las circunstancias a la elaboración de la experiencia fortalecedora -para ambos actores-a partir de lo que el proceso terapéutico aporta.

Lic. M. Patricia Sánchez, Psicóloga.

 

Citas y enlaces:

https://www.boletinoficial.gob.ar/suplementos/2020031201NS.pdf

Superintendencia de servicios de salud. Resolución 282/2020 (RESOL-2020-282-APN-SSS#MS) Teleonsultas:

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/335000-339999/336020/norma.htm

Ministerio de Salud, Nuevo coronavirus:

https://www.argentina.gob.ar/noticias/recomendaciones-para-la-salud-mental

 

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